Estamos a un mes y medio de que llegue el invierno y, como suele ser habitual, empezamos a poner la calefacción. Este año es más importante que nunca adoptar hábitos que te ayuden a reducir el consumo energético al máximo sin renunciar a mantener tu casa o tu negocio caliente. Sobre todo, teniendo en cuenta la delicada situación del mercado eléctrico y del gas. En este artículo te damos 7 claves que te ayudarán a optimizar el consumo energético y, por tanto, a ahorrar en tu factura mensual.
Llega el invierno y, con él, el momento del año de comprobar que los radiadores no pierden agua para empezar a poner la calefacción. Tras la experiencia de Filomena, muchos hogares se han adelantado este año y han decidido poner a punto sus sistemas calefactores con antelación. Sin embargo, la situación de los precios del mercado eléctrico y la incertidumbre general tras el cierre del gasoducto por parte de Argelia hacen temer el coste económico que supondrá este año.
La recuperación económica de muchas familias y negocios tras la inestabilidad derivada de la pandemia está siendo lenta. Esto acrecienta la preocupación ante la llegada del frío por no poder hacer frente a costes tan elevados. Y es que muchas personas se encuentran con una disyuntiva que no debería producirse a estas alturas. En pleno siglo XXI, no podemos dejar que nadie tenga que elegir entre pagar más o pasar frío.
Es evidente que, ante una subida de precios tan acusada como la actual, la factura de este año será más elevada que la del anterior. Por ello, es importante adoptar una serie de costumbres y hábitos que te ayuden a controlarla todo lo posible. Hoy queremos reflexionar sobre cómo es posible aprovechar al máximo el consumo energético en invierno sin que ello signifique pasar frío.
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Mantén una temperatura constante en tu termostato
Si eres de los que prefiere estar en manga corta incluso en pleno invierno, debes saber que pagarás más en tu factura mensual. Cuanto menos varíes la temperatura diurna y nocturna, menor será el consumo energético y, por tanto, mayor será el ahorro. Evita subir la temperatura para calentar la casa y, de repente, bajarla. Es preferible mantener una temperatura aproximada entre 18-20 grados durante el día, y reducirla a 15-17 grados por la noche. De esta forma optimizarás el consumo de energía y, por tanto, evitarás malgastarla.
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Sube las persianas durante el día
En invierno la luz solar parece menos potente que en verano, pero sigue siendo un gran aliado. Si tu casa es luminosa, aprovecha las horas de sol y sube las persianas. De esta forma, el cristal absorberá todo el calor posible y mantendrá más caliente cada estancia. Tan importante como captar este calor es mantenerlo, por lo que será necesario también bajar las persianas cuando ya no hay sol. De esta forma, aíslas mejor las ventanas para guardar el calor durante más tiempo.
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No ventiles más de 10 minutos al día
Airear la casa es necesario por una cuestión higiénica, fundamentalmente. Sin embargo, no es recomendable ventilar la casa durante más de 10 ó 15 minutos al día. Y, a poder ser, mejor hacerlo a mediodía, que es cuando más alto está el sol. El motivo no es otro que optimizar la temperatura: en 10 minutos se renueva el aire por completo, evitando así que baje la temperatura de la estancia y que, posteriormente, sientas la necesidad de calentarla.
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Aísla correctamente las puertas y ventanas
Aproximadamente, un 20-30% de la energía que se consume con la calefacción se podría evitar con un buen sistema de aislamiento térmico de puertas y ventanas. Por ello es importante tratar de sellarlas para evitar que haya ranuras y bordes por los que se escape el calor. En este sentido, hay alternativas para todos los bolsillos.
Si estás dispuesto a afrontar un gasto económico más elevado, lo más recomendable es un sistema de doble cristal o marcos de aluminio o PVC. No obstante, también puedes optar por opciones más económicas que, aunque no sean tan eficientes, mejorarán el aislamiento de tu casa. Por ejemplo, utilizando burletes o placas de yeso.
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Evita cubrir los radiadores
No es raro utilizar los radiadores a modo de tendedero para secar ropa, o simplemente para apoyarla. Una práctica que obstaculiza la circulación del aire caliente, lo que propicia que el calor tarde más en llegar y, por tanto, consume más energía.
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Despliega las alfombras
Por raro que parezca, las alfombras son elementos conductores del calor, y cuanto más gruesas y oscuras sean, más calor retendrán. Es conveniente poner alfombras, sobre todo, en suelos que sean de piedra, mármol u hormigón, ya que los suelos de madera conservan mucho mejor el calor.
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Garantiza un mantenimiento adecuado de tu equipo de climatización
Como versa el refranero español, nunca es tarde si la dicha es buena. Si todavía no has revisado la caldera de tu casa o tu negocio, es importante que lo hagas antes de que entre el frío más intenso y surja cualquier avería. Aún así, lo ideal es contar con un partner que realice un mantenimiento periódico durante el año, para solventar posibles incidencias a tiempo y evitar daños mayores.